Los contratos inteligentes son simplemente un cierto tipo de contrato que funciona en tecnología Blockchain. Las partes que forman el contrato se aseguran que una vez que ciertas condiciones se cumplan, los contratos se ejecuten. Ninguna de las partes puede romper o modificar las condiciones. De otra manera, no se cumplirá el contrato. No es necesaria la actuación de una tercera parte judicial si el contrato no se cumple. Los usuarios en la red se hacen cargo de que se cumplan las condiciones del contrato. Adicionalmente, al no tener un tercer involucrado, se eliminan las cuotas que este pueda poner por la transacción.
Los contratos inteligentes tienen diversos usos. Por ejemplo, la aprobación de pago dadas ciertas condiciones para la renta de un departamento donde el contrato se concluye cuando el arrendador paga el dinero al arrendatario con criptomonedas. Es a veces común que ambas partes depositen un dinero en fideicomiso que motive el cumplimiento del contrato. Si las condiciones se cumplen, el dinero en fideicomiso se libera. Si el contrato no se concluye, el depósito en fideicomiso se va a la parte dañada como una comisión.
La credibilidad del contrato
Tomemos como ejemplo una máquina de bebidas. No hay manera de accionar un contrato inteligente antes de comenzar la transacción. El código del programa y la plataforma computacional no está disponible para las partes, y el usuario está forzado a creer en lo que la máquina indica. Esto no necesariamente importa en el caso de las máquinas expendedoras. Al menos cuando la cantidad mínima se presenta. Pero podría presentarse un problema en una máquina donde el usuario quiera guardar sus activos.
La criptografía asimétrica, y la tecnología blockchain, pueden crear una plataforma en la que las diferentes partes pueden confiar. Garantizada y transparente por la ejecución de un código matemático.
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